Los tratamientos HIFU se basan en ultrasonidos focalizados de alta intensidad, se trata de una tecnología no invasiva que funciona básicamente igual que la ultra cavitación. A diferencia de esta, en el HIFU los ultrasonidos se focalizan en una zona concreta a tratar.
¿Qué conseguimos con esto?
Al concentrar los ultrasonidos en la zona podemos aumentar la eficacia, como si tratásemos con una lupa y rayos solares esta zona. Así, actuamos de forma selectiva y en profundidad en las zonas más internas de la dermis sin afectar a las más superficiales ni a los órganos.
Se trata así de una técnica totalmente segura, sin ningún riesgo de lesionar nuestra piel y que podremos aplicar en cualquier época del año.
¿Cuáles son las cinco ventajas que tendremos con este tratamiento?
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Mantiene la piel joven y mejora los signos del envejecimiento facial.
Funciona como si se tratase de un lifting, consiguiendo levantar, tonificar y reafirmar nuestra piel de manera natural, pero sin someternos a ninguna cirugía. Gracias a este tratamiento conseguimos tratar de manera muy eficaz la flacidez que invade nuestro rostro con el paso de los años.
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Devuelve a nuestro rostro su luminosidad natural y su textura.
Con el estrés diario, las comidas a destiempo, las prisas, el tabaco , el alcohol y la contaminación de las ciudades, nuestra piel empieza a perder su luminosidad, volviéndose más apagada y grisácea.
La falta de luminosidad hace que nuestro rostro parezca más cansado y avejentado que de costumbre. Con los tratamientos HIFU nuestra piel recupera su luz, dándonos un aspecto juvenil y descansado.
La textura de nuestro rostro también pierde su aspecto con los años, volviéndose áspera y sin tersura, gracias a un par de sesiones nuestra piel será casi igual de suave que cuando éramos unos niños y firme.
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Sirve para tratar arrugas, pliegues faciales y la flacidez de zonas como el cuello.
Con la pérdida de sustancias que produce nuestro cuerpo de forma natural como lo son el colágeno empiezan a aparecer las primeras arrugas y marcas de expresión en nuestro rostro.
Es muy normal que nuestra piel empiece a mostrar signos de envejecimiento a partir de los treinta años, se empiezan a marcar las patas de gallo, las del entrecejo y aparecen las primeras arrugas alrededor de nuestros labios.
El cuello es una de las zonas que menos cuidamos y que más cuidados necesitan, muy pocos saben que su piel es casi igual de sensible que la que rodea la zona de los ojos y por ello lo terminamos descuidando.
Y es por ello por lo que el cuello es de las primeras zonas en las que aparecen las arrugas, la flacidez o la pérdida de tersura.
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Disminuye la papada, aumenta los pómulos y eleva las cejas.
Se ha demostrado que el tratamiento ejerce un efecto lifting en la zona de la papada, devolviéndole a la piel de esta zona su elasticidad y volviéndola más firme, con lo cual la papada disminuye bastante visualmente.
Con el HIFU podremos redefinir la línea de nuestro rostro, aumentando los pómulos y elevando la piel de las cejas. Con lo cual abriremos mucho más nuestra mirada y le daremos un aspecto jovial a nuestra cara.
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Podremos usarlo en tratamientos corporales reafirmantes.
No se trata de una técnica que podamos aplicar solamente a la zona de la cara, otras zonas de nuestro cuerpo se ven beneficiadas al igual que el liposonix. Desde el cuello, pecho o incluso para tratar zonas como la cara interna del muslo ola del brazo y recuperar su firmeza.
No solamente el rostro delata el paso del tiempo y el cansancio, zonas como el escote en las mujeres también se ven muy dañadas. Con el HIFU recuperaremos un escote terso, liso y resplandeciente.