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Fase inicial (días 1-3): Inmediatamente después del peeling, la piel tratada suele enrojecerse y puede sentirse tirante o sensible. Esto se debe a que las capas superficiales de la piel se han eliminado y la piel está comenzando a sanar. En esta etapa, es importante proteger la piel de la exposición al sol y seguir las recomendaciones del profesional médico.
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Fase de descamación (días 3-5): A medida que la piel se recupera, es común experimentar una descamación suave o una apariencia similar a la piel de serpiente. Esto es una señal de que la piel está eliminando las células muertas y dando paso a una nueva piel. Es crucial evitar la manipulación de la piel durante esta fase para prevenir la irritación y las cicatrices.
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Fase de crecimiento (días 7-21+): Durante las próximas semanas, la piel continúa regenerándose y se forma una nueva capa de piel. En esta etapa, se puede observar una mejora en la textura y el tono de la piel, así como una reducción en las imperfecciones que se trataban. La producción de colágeno y elastina también puede aumentar, lo que da lugar a una piel más firme y radiante.
La duración exacta de cada fase puede variar según la profundidad del peeling, la salud individual de la piel y otros factores. Los 21 días a veces se mencionan como un período estimado para describir el proceso general de regeneración de la piel, pero es importante recordar que este plazo puede ser más corto o más largo en la realidad. Además, la regeneración continua de la piel puede continuar durante varios meses después del tratamiento, mejorando gradualmente la apariencia de la piel.